martes, septiembre 25, 2007

El Arte de Crear redes, segunda parte


Mientras sigo estudiando Finanzas para la prueba que debo rendir en 2 horas más -y pese a que aún me queda por estudiar- aprovecho de ponerme al día con el compromiso de comentarles un poco de ciertas herramientas y buenas prácticas que considero son fundamentales (o a lo menos, básicas) para crear redes de contacto.

Tips y herramientas:

  1. LinkedIn (http://www.linkedin.com): Tal como les comenté en mi post anterior- una de las herramientas es una que se encuentra en Internet llamada: LinkedIn. Es una aplicación web que se encuentra disponible desde hace varios años. Yo por lo menos me registré hace más de 1 año y medio, cuando sus miembros. Debo haber sido uno de los primeros incautos en ingresar, pero uno que a la larga lo ha aprovechado de sobremanera.

¿De que se trata? De una herramienta que te permite ingresar tu experiencia laboral, profesional y personal si lo deseas. Una vez hecho esto, lo que haces es invitar a tus redes más cercanas a inscribirse. Ahora bien, ellos a su vez –bueno, esa es la idea- que inviten a sus amigos y contactos. ¿Que pasa con eso? Que tus amigos y contactos están a 1 click de distancia; y los amigos de tus amigos a 2 clicks de distancia; y los amigos de los amigos de tus amigos lo estarán a 3 clicks; bueno y así sucesivamente.

Algunas cifras. En mi red a 1 click tengo casi 491 personas; a 2 clicks 90.300 personas y cerca de 3,4 millones a 3 clicks!! Son muchos. Tengo casi un contacto menos que Don Francisco.

  1. Outlook: Aunque quienes me conocen como un “pro Windows”, debo defender esta aplicación como una de las que más me ayuda a poder recordar quien es quien de mis contactos. Obvio, cuando tienes sólo a tus amigos, no hay problemas. Pero cuando tienes 2 mil tarjetas de visitas digitales, es todo un trabajo y requiere mucha RAM de mi parte. Que no la tengo.

Pues bien, Outlook en cada una de las tarjetas de contacto, tiene una ventana para colocar observaciones. Pues es ahí donde coloco parte de las conversaciones que tengo, si cuando conversé con dicha persona me dijo que estaba con alguna enfermedad, que se iba a cambiar de trabajo, iba a tener hijos, que se iba a poner a estudiar, etc. Coloco además si es amigo de algún amigo, o de un pariente, o donde nos conocimos.

Eso me permite cuando lo llamo nuevamente, veo los comentarios y le pregunto. Al hacerlo, inmediatamente la persona reconoce mi preocupación. Algunos dirían que no la tengo porque no estaba en mi mente, pero a lo que respondo, igualmente mi preocupación está en registrar “mis preocupaciones” por esta persona. Que ahora la tecnología me ayude, bueno, hay que aprovechar los recursos, o no? Sino, para que están.

  1. Keep In Touch Reminders. Existen muchas aplicaciones en Internet, pero una buena, es la que entrega LinkedIn y que se instala en el Outlook (http://www.linkedin.com/static?key=outlook_toolbar_download&trk=mh_nav) Te avisa los mails que enviaste hace tiempo y que no has respondido. Típico que de tanto mail que a uno le llegan, se pierden algunos de nuestro radar, y esta aplicación te lo recuerda. Cuando lo haga, no olviden escribirle a esa persona, tomando como referencia su último mail. Siempre funciona y la gente percibe nuevamente que uno preocupado de ellos.
  1. Plaxo (http://www.plaxo.com): Es otra herramienta muy útil. La interfaz es bien intuitiva y bueno también para mantener a tus contactos en línea.
  1. Neurona (http://www.neurona.com): Similar al anterior, pero nunca tan bueno. Algún día será algo interesante.

Nota: Es importante que independiente del número de herramientas que existan en Internet para la gestiones de redes de contactos, traten de usar una o dos, pero no más que eso. Y sáquenle partido especializándose en ellas. Verán que resulta.

Mis datos:

Skype: edoreyes

LinkedIn: http://www.linkedin.com/in/ereyes

Saludos cordiales,

Eduardo Reyes Bade

sábado, septiembre 01, 2007

El arte de crear redes, primera parte


Dado que ya terminé mi trabajo de Finanzas, como les comentaba en mi último post, quisiera comentarles un tema que hace tiempo deseaba comentar: el arte de hacer redes.

Para contextualizar, hace tiempo les comenté (El lugar donde trabajo…) que gran parte de mi labor anterior como Entrepreneurial Trainer (Entrenador de Emprendedores) era básicamente conseguir contactos para crear redes alrededor de los emprendedores, con el ánimo de que éstos pudiesen ofrecer sus iniciativas emprendedores y así, lograr empresas de alto crecimiento. Hoy, mi labor es relativamente parecida, pero ahora lo hago para la empresa donde trabajo.

Ahora bien, hoy me doy cuenta –dado que ahora soy el principal usuario de las redes que voy gestando- que crear redes es un arte. Va mucho más allá de elaborar una base de datos en Excel con nombres, cargos, teléfonos y email. Va más lejos aún de tener un conocido que conoce a alguien que trabaja en tal lado.

Crear redes tiene que ver con un propósito, buscar los vínculos y nexos que existen entre sus componentes. Conocer el valor que existe en dichas relaciones es la parte más compleja, pero a su vez lo más importante.

Por ejemplo, el otro día visite a Reinaldo –un emprendedor que desarrolló una aplicación para call centers, ver más en VPT- y por casualidad (no siempre soy tan curioso) y vi que en su pizarra tenía una serie de nombres de empresas que eran sus potenciales clientes. Justamente me fijé particularmente en el nombre de una de esas compañías. Pues bien, luego de visitar su oficina, me invitó un café y comenzamos a charlar. Casi al terminar, donde discutimos formas de beneficiarnos mutuamente, le comenté si conocía a alguien en la empresa donde retuve mi atención; lo primero que me dijo era que si y que la persona por esas coincidencias de la vida tenía mi mismo nombre. Pues bien le dije, es mi padre.

¿Cuál fue la verdadera intención detrás de mi pregunta? Primero, yo conocía la empresa, luego sabía perfectamente que su solución debía pasar por quien esta a cargo de incidir en la toma de decisiones, y tercero, que llegar a él sólo me costaba un llamado. Por otro lado, el resto de los nombres que aparecían en las pantallas eran compañías donde yo necesitaba contactos. Pues bien, el cruce de ambas cosas, otorgaba un valor importante para ambos. Por ende, mi pregunta motivo el interés tanto de él como mío.

Sino hubiese considerado el valor del nexo que él necesita lograr y el valor del contacto que a su vez yo requiero, la red no se hubiese armado. Si esto puede parecer de perogrullo, nótese que la mayor parte de las veces la gente SOLO analiza sus propios intereses y no los de la contraparte. A que quiero llegar, que las redes sólo funcionan en el espacio donde las partes en su totalidad ganan. Si yo hubiese partido pidiéndole contactos y donde Reinaldo jamás reconociese la ganancia que ello le produciría, es probable que no prestase atención. Sin embargo, este invitación a que ambos ganemos, abrió su apetito y con gusto me ofreció abrirme a sus conocidos.

Por lo tanto, ¿dónde está el arte?:
  • Primero, en reconocer la oportunidad.
  • Segundo, en saber el valor de lo que se genera.
  • Tercero, el valor que uno produce y puedo entregar.
  • Cuarto, pensamiento en red que lleva a decir, capacidad de sinapsis entre los elementos.
Y listo! Ese es todo el secreto.

Más adelante les comentaré mis prácticas en cuanto a cultivarlas, la segundo pero no menos importante de la habilidades que hay que desarrollar para crear buenas redes. Como adelanto, ingresen a LinkedIn, una herramienta web muy potente para conectar gente. Mi perfil esta en http://www.linkedin.com/in/ereyes para que lo agreguen.

Saludos


Eduardo Reyes Bade

Las Relaciones son Emocionales

Mientras preparo mi trabajo de Finanzas, donde debo recomendar una cartera o portfolio de acciones donde invertir, aprovecho el tiempo que demora mi computador para poder hacer los cálculos necesarios de los rendimientos, betas, varianzas y covarianzas; para contarles un poco de la clase que tuve ayer de Negociación “..basado en las relaciones”. En esta oportunidad me acompañó Alejanda, mi polola, pues estaba orientado a que las parejas comprendieran un poco lo que habíamos visto en el curso y que de paso, tuviese la oportunidad de conocer un poco más acerca de lo que son las negociaciones.

La clase comenzó con una pregunta hacia mi persona de mi profesor Don Jaime García (Autor del libro: “Inteligencia Relacional”), donde me consultó cómo veía la negociación y dónde veía que el curso había tenido un impacto en mí. Respondí que la negociación la consideraba como una relación donde las emociones eran el centro en el cual se mueven las personas. Comenté que en mi nuevo trabajo, como responsable del área comercial y ventas de Multiplica.com, me tocaba a diario la labor de conseguir clientes.

Acto seguido, le pidieron a otros compañeros que expusieron cómo estaban aplicando el curso. Mientras ello ocurría, me pregunté a mi mismo: “…mismo, ¿cómo has implementado el saber que las negociaciones son emocionales…?”. La respuesta -que era procesada muy rápidamente por mi deficiente procesador mental- logre allegar algunas imágenes de un par de conversaciones que sostuve donde efectivamente había logrado esgrimir el componente emocional.

El primero de los recuerdos fue la respuesta que recibí de don Alberto –el Gerente General de una gran empresa en el control de acceso llamada Genera- quien me señaló lo sorprendido que había quedado al recibir mi mail agradeciéndole, muy sinceramente, la oportunidad que me había dado al entrevistarme por un trabajo en su empresa. Efectivamente al enviarle dicho mail de gracias, logré tocar una fibra de si, que le produjo una grata imagen de mi como profesional; hasta el punto, en que al contarle donde estaba trabajando actualmente, me ofreció en el acto reunirse conmigo para ver qué es lo que podemos hacer por él. Imagínense, sin pedirlo, la reunión que necesitaba salió sin que lo pidiese.

El segundo recuerdo fue de hace tan sólo unas semanas, cuando me fui de mi último trabajo. En su minuto, mi partida obviamente produjo un estrés en las relaciones con mis superiores y colegas. Sin embargo y como “algo” he madurado, les plantee que su preocupación por el futuro de los proyectos que llevaba hasta ese momento, iban a ser traspasados a los nuevos ejecutivos y para ello, personalmente, me ofrecía para las reuniones que fueran necesarias, los informes con las bitácoras y un plan de acción para los meses que seguían. El sólo hecho de haberlo mencionado, produjo un inmediato cambio en el tono de las conversaciones. Ellos vieron que estaba dispuesto –sin medir retribución alguna- a apoyarlos aunque me estuviese yendo de la institución.

Bueno, la verdad es que se me vinieron varios recuerdos más, pero para no ser tan latero o fome, sólo les cuentos dos. Pero, ¿a qué quiero llegar? A que visualicen que dos simples hechos –que no me costaron nada, ni tiempo, dignidad, orgullo, dinero, etc.- produjeron un cambio muy positivo en las relaciones. Porque en ambos casos esgrimí un elemento fundamental, la emoción.
Si me preguntan si lo hice concientemente, no. La verdad que no, pero cada vez más pronto que tarde, veo que ir por la vida imprimiéndole el tema de la “emocionalidad” a las cosas –entre ellas, la relaciones- funciona, y funciona para bien.

Inténtenlo, no cuesta nada… y verán buenos resultados. Y ojo, funciona en todo ámbito de las relaciones: de pareja, laboral, como hijo, etc.

Saludos


Eduardo Reyes Bade